domingo, 26 de abril de 2009

La Influenza en México (Monitoreo periódico La Jornada) (Viernes 24 de abril de 2009)

Editorial

¿Prudencia?

Ayer por la mañana, el secretario federal de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, exhortó a la población a mantenernos tranquilos” ante los casos recientes de influenza estacionaria –unos 120 casos de infección en el Distrito Federal, 13 de ellos con desenlace fatal, 44 en el estado de México, cerca de dos decenas de muertes en todo el país en varias semanas, cuatro de ellas en San Luis Potosí–, dijo que se trataba de los “casos habituales”, que no se está ante una “epidemia descontrolada” y formuló algunas recomendaciones para evitar el contagio.
Pero al filo de las 11 de la noche de ayer, tras una reunión entre autoridades de Salud, Educación Pública y Seguridad, Villalobos anunció una medida sin precedente en la historia del país: la suspensión de las clases en toda la zona metropolitana del valle de México, en todos los niveles –desde prescolar hasta universidad– y tanto en los planteles públicos como en los privados (lo que implica afectar a más de 5 millones de alumnos, más centenares de miles de maestros y personal administrativo), y recomendó evitar las concentraciones.
El funcionario aseguró que los casos de contagio y los fallecimientos son consecuencia de “un nuevo virus”.
Sin desconocer la importancia de las medidas epidemiológicas oportunas, resulta obligado preguntarse si las autoridades federales calcularon las consecuencias de disparar la alarma social y de provocar caos y zozobra de modo tan irresponsable como lo hicieron, es decir, menos de ocho horas antes de que empezaran las clases de hoy, cuando muchos padres de familia y maestros ya no tenían oportunidad de enterarse –salvo por medio de los obligados rumores que distorsionan, para colmo, los poquísimos datos disponibles–, sin ofrecer información precisa, con un discurso que pasa de manera abrupta de tranquilizador a alarmista y con un desaseo tal que la medida fue adoptada sin consultar al Consejo de Salubridad General, como habría debido hacerse.

No hay –porque el gobierno federal no los ha proporcionado– elementos de juicio para que la sociedad pueda darse una idea de las dimensiones del problema, ni para saber si asistimos a un mero ejercicio preventivo o al intento por contener una catástrofe. No hay tampoco forma de saber por qué se decidió implantar la suspensión de clases en el Distrito Federal y los municipios mexiquenses conurbados y no en otras entidades, como el propio San Luis Potosí, en donde las muertes por el “nuevo virus” son proporcionalmente mayores; lo único que puede asentarse, por ahora, es que la autoridad ha actuado en una forma que es, inevitablemente, generadora de pánico, y que ha tomado medidas en las que confluyen la precipitación, la desinformación y la más exasperante opacidad.

Si es cierta la peligrosidad que se esgrime para cancelar las clases con unas horas de anticipación y cuando muchos de los habitantes del área metropolitana ya estaban dormidos, si recomienda evitar muchedumbres, contacto con personas que tengan cualquier síntoma de gripe –hasta saludos de mano–, resulta obligado preguntarse si no tendrían que tomarse medidas mucho más drásticas; es decir, si la gravedad de la situación ameritaba la cancelación de cursos este viernes, habría debido suponer también el establecimiento de una cuarentena general de la población y la prohibición de hacinamientos más intensos que los que tienen lugar en los salones de clases de las escuelas públicas, como los del transporte público y los espectáculos masivos.

Finalmente, si la situación epidemiológica es realmente tan grave como para cancelar las clases, resulta inverosímil la posibilidad de conjurar los peligros entre el viernes y el sábado, a fin de que las autoridades pudieran anunciar, el domingo, el regreso a clases para el lunes próximo.

La población de la capital de la República y de su zona conurbada ha sido víctima, de una determinación oficial que, lejos de inducir tranquilidad, concierto y certidumbre, puede echar a andar una oleada de pánico, zozobra y desorden.

Monitoreo viernes 24 de abril de 2009

El virus, altamente contagioso

Bertha Teresa Ramírez y Agustín Salgado

El titular de la Secretaría de Salud del DF, Armando Ahued, señaló que la influenza se presenta “con mayor virulencia y ha alargado su tiempo de impacto”.
El funcionario afirmó que es importante hacer un trabajo de prevención, por lo que en breve las autoridades capitalinas lanzarán una campaña de información por medio de la cual se repartirán 34 mil carteles que contendrán una serie de recomendaciones a la población.
Informó que en la ciudad de México existen 79 casos de influenza en 23 hospitales y se han registrado 13 decesos relacionados con el mal.
Hizo un llamado a los capitalinos para que acudan al médico en caso de tener alguna infección de vías respiratorias y alertó que la influenza es altamente contagiosa.
Entre las medidas de prevención anunció que vacunará a toda la población de riesgo; en cuanto a las recomendaciones comentó que si alguien detecta que tiene algún problema respiratorio como tos, gripe o catarro debe acudir al médico, al centro de salud o al hospital. “No debe automedicarse; no lo puede tomar a la ligera, necesitamos saber qué padecimiento tiene y cuál es la mejor manera de tratarlo”, agregó.

Córdova Villalobos: se estudia el tipo de virus y por qué provoca más daño
La alerta sanitaria se mantendrá hasta que se reduzca el número de afectados, asegura

Patricia Muñoz Ríos

Antes de reconocer ayer por la noche que se trata de una epidemia, y aunque desde hace varios días se habla de la presencia de casos de influenza en el país, el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, por la mañana llamó a la población a permanecer “tranquila”; y señaló que el brote de influenza que se registra en el país “no es una epidemia descontrolada” ni una pandemia, sino “casos habituales fuera de temporada”.
El funcionario aseguró que se van a comprar 300 mil nuevas vacunas, adicionales a las 200 mil que donó un laboratorio y que hay 50 mil en existencia. Detalló que hasta el momento ha habido 20 muertes registradas por esta enfermedad, de los cuales 13 ocurrieron en el Distrito Federal y que hay cerca de mil 230 personas hospitalizadas por este diagnóstico.
Datos de la Secretaría de Salud revelan que del 8 de marzo a la fecha se han registrado 20 decesos relacionados con la influenza; 13 ocurrieron en el Distrito Federal, cuatro en San Luis Potosí, dos en Baja California y uno en Oaxaca.
Asimismo, estima que tan sólo en la ciudad de México se tienen entre 120 y 144 casos de personas internadas con neumonía asociada a la influenza. En estos días la dependencia no descarta que la cifra de muertes relacionadas con este mal continúe en aumento porque hay enfermos graves en los hospitales y la notificación de los decesos no es inmediata.
El funcionario federal fue entrevistado en la mañana en un foro sobre adicciones, ahí planteó que las familias deben cooperar, y apuntó que si algún miembro tiene síntomas, debe ser llevado al médico de inmediato; cuando estornuden no lo deben hacer directamente hacia los demás, ni compartir utensilios que no estén lavados, o paletas, en fin, todo esto que puede de alguna manera transmitir el virus, porque “se contagia muy fácilmente, incluso en un estornudo.”
Hizo ver que lo que preocupa es que el sector de jóvenes es precisamente el que está siendo afectado de manera más virulenta, porque o no fueron vacunados nunca o ya perdieron los anticuerpos. También se está estudiando el tipo de virus a nivel nacional para ver por qué está provocando mayor daño y esta investigación se apoya “con confirmaciones en Canadá y en Estados Unidos para ver si no se trata de alguna otra amenaza viral. Hasta hora creemos que no, es una responsabilidad de un reglamento sanitario internacional ...que en estos casos se dé información internacional y se da un apoyo para poder contenerlos”.
El sector salud está vigilando este asunto, ya que la alerta inició la semana pasada y “se va a mantener el tiempo que sea necesario, hasta que veamos verdaderamente una reducción de casos, todavía siguen ingresando algunos a los hospitales, tampoco fuera de lo habitual, digamos, fuera de lo habitual es el tiempo” en que se presentan.
También aceptó que probablemente ya vayan 500 trabajadores contagiados, como lo aseguró el sindicato, “pero de influenza leve”, ninguno grave, que haya necesitado entubarse o que haya muerto. Indicó que todos los empleados tenían la recomendación de vacunarse en cuanto inició la campaña y se aplicaron casi 19 millones de dosis, pero muchos se creyeron inmunes y no lo hicieron, así, en algunas instituciones el 80 por ciento del personal si está inmunizado y en otras, apenas el 15 por ciento.
Al respecto, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud (SNTS) aseguró que primeramente se garantizará la vacunación de todo el personal que labora en hospitales y clínicas del sector, que son los más expuestos
Por su parte los dirigentes Fernando Peña y Manuel Casas, de las secciones XV y XVI del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Hospital Juárez del SNTSA, señalaron que están garantizadas las dosis necesarias para el personal que tiene contacto directo con los pacientes que acuden a los centros hospitalarios.
Sostuvieron que la situación es delicada pero está bajo control y que los trabajadores tienen la instrucción de dar atención y medicamentos a los afectados.

La Influenza en México (Monitoreo periódico La Jornada) (24 de abril de 2009)

Suspensión, desde preescolar hasta universidades

Tras el anuncio de la suspensión de clases en todas las escuelas del Distrito Federal y el estado de México como una medida de prevención frente a la epidemia de la influenza que se presenta en el área metropolitana, la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer que en la capital del país no asistirán a la escuela un millón 737 alumnos de nivel básico.
De estos, 938 mil son estudiantes de primaria, matriculados en 3 mil 363 escuelas públicas y privadas; 471 mil alumnos de secundaria, de mil 378 escuelas; y 328 mil niños de 3 mil 950 planteles de prescolar. Sin embargo, no dio datos de sus subsistemas de los niveles medio superior y superior.
En tanto, en el estado de México, que representa el sistema educativo más grande del país, más de 2 millones de alumnos de nivel básico no acudirán a clases debido a las medidas preventivas acordadas por las autoridades.
Asimismo, más de medio millón de alumnos de educación superior también suspenderán labores. Tan sólo en la UNAM, IPN y UAM cuentan con una matrícula de más de 300 mil, más de 120 mil y 60 mil, respectivamente.
Por otro lado, el titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal, Luis Ignacio Sánchez, señaló que en la capital del país hoy no tendrán clases un millón 804 mil 826 alumnos, en 9 mil 281 planteles pertenecientes a la educación básica, tanto del sistema público como privado.
En este sentido señaló que se implementará un operativo conformado básicamente por los directivos de los planteles para que los alumnos que lleguen a las escuelas al no haberse enterado de la disposición sean enviados de regreso a sus hogares. Incluso dijo que se tratará de que tampoco asistan los docentes a las escuelas sino sólo grupos de autoridades.
Insistió en que el mensaje es que la suspensión de clases obedece a una medida preventiva para proteger a la población más vulnerable. También pidió a la comunidad escolar estar atenta a la información de los medios de comunicación para conocer si el próximo lunes se reanudarán las clases y, por último, convocó a atender las recomendaciones establecidas por la Secretaría de Salud.
Por otra parte expresó que hasta el momento no tienen ningún reporte de escolares afectados.

(Viernes 24 de abril) (La Jornada)
De la Redacción, con información de Karina Avilés y Emir Olivares.
http://www.jornada.unam.mx/2009/04/24/index.php?section=sociedad&article=045n2soc

La Influenza en México (Monitoreo periódico La Jornada) Viernes 24 de abril de 2009

Paran clases en DF y Edomex por la epidemia de influenza

-La dependencia recomienda evitar sitios concurridos
-Fármacos suficientes, a centros de salud

De la Redacción

Como medida preventiva frente a la epidemia de influenza que se presenta en el área metropolitana de la ciudad de México, el gobierno federal anunció que se suspenderán clases en todas las escuelas, desde prescolar hasta educación superior, tanto del Distrito Federal como del estado de México.

Ayer a las 23 horas, tras una r
eunión del gabinete federal con representantes de los gobiernos de ambas entidades en la residencia oficial de Los Pinos, el secretario de Salud federal, José Ángel Córdova Villalobos, dio un mensaje en cadena nacional. Flanqueado por el secretario del ramo en el DF y el encargado del despacho de la secretaría del sector en el estado de México, Armando Ahued y Roberto Martínez, respectivamente, el funcionario federal dio a conocer los síntomas del mal y las recomendaciones para evitar su propagación. A continuación el mensaje íntegro:

“El virus de la influenza constituye una epidemia respiratoria hasta ahora controlada, cuyos síntomas son: fiebre superior a 39 grados que se presenta de manera repentina, tos, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y de articulaciones, irritación de los ojos y flujo nasal.
“Vale la pena mencionar que el número de casos no ha crecido en comparación a los presentados en días previos. Los casos se han registrado particularmente en el área metropolitana de la ciudad de México, por ello y, solamente como medida preventiva, las secretarías de Salud y Educación Pública (federales) han considerado conveniente la suspensión de clases mañana viernes 24 de abril en los planteles públicos y privados de todos los niveles educativos, desde preescolar hasta universidades del Distrito Federal y del estado de México.

“Asimismo la Secretaría de Salud recomienda a la población evitar sitios concurridos o eventos multitudinarios si no es estrictamente necesario. Las autoridades del sector, en coordinación con las propias de las entidades federativas, hemos tomado entre otras las siguientes medidas:
“Dotar a las unidades de salud con antivirales, antibióticos y material suficiente para disminuir el riesgo de contagio y comunicar a la población las medidas preventivas. Para prevenir el contagio, la Secretaría de Salud recomienda mantenerse alejados de las personas que tengan infección respiratoria; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón; no saludar de beso ni de mano; no compartir alimentos vasos o cubiertos; ventilar y permitir la entrada de sol en las casas, oficinas y en todos los lugares cerrados; mantener limpias las cubiertas de cocina y baño, manijas y barandales, así como juguetes, teléfonos u objetos de uso común.

“En caso de presentar un cuadro de fiebre alta de manera repentina, tos, dolor de cabeza, muscular o de articulaciones, se deberá de acudir de inmediato a su médico o a su unidad de salud. En caso de corroborarse la enfermedad, para no contagiar a otros se recomienda visitar al médico para que establezca el diagnóstico y tratamiento y, en ningún caso, automedicarse, quedarse posteriormente en casa y mantenerse en reposo hasta que no haya síntomas, cubrirse nariz o boca al toser o estornudar, utilizar cubrebocas, tirar el pañuelo desechable en una bolsa de plástico y estornudar sobre el ángulo interno del codo.

“Una vez transcurridas 24 horas sin ningún síntoma se puede regresar a las labores habituales. En las próximas horas continuaremos informando a la población.”

Las medidas se tomaron en una reunión de emergencia que el presidente Felipe Calderón sostuvo de las 17:30 a las 22 horas con todo su gabinete, representantes del gobierno capitalino y del estado de México. Para supervisar la aplicación del plan, el mandatario suspendió la gira que tenía para hoy por Chihuahua.
Periódico La Jornada (viernes 24 de abril de 2009)

http://www.jornada.unam.mx/2009/04/24/index.php?section=sociedad&article=045n1soc

domingo, 12 de abril de 2009

La última y nos vamos...

Cutzamala de Pinzón, Gro. 10 de abril de 2009

Por Karina Hernández Mundo

¡No mames wey, estos ya son orines!, grita el joven sin playera, con pantalones cortos y huaraches. Su piel tostada por el sol de mediodía contrasta con sus ojos color miel. Su compañero sólo ríe; los pedazos de camiseta que quedan en su cuerpo están teñidos por una mezcla de color rojo, azul y amarillo. Sobre ellos llueve tinta, cerveza…y orines.


Es Viernes Santo. El zócalo de Cutzamala de Pinzón, Guerrero recibe los rayos del sol a la una de la tarde. Los portales, el empedrado y el mismo quiosco están escondidos tras la multitud de personas presentes. Es inevitable no tropezar con alguien al intentar caminar. Juegos mecánicos; música; pequeños puestos de ropa, bebidas, alimentos, cd´s; cocos, mameyes y dulces de feria adornan el panorama.

En el centro del zócalo, jóvenes, niños, adultos y hasta ancianos visten de la misma forma: shorts, playeras de tela delgada y huaraches. Muchos de ellos también presumen en sus manos botellas llenas de pintura. Las levantan a la altura de su cabeza y comienzan girarlas. La pintura cae y se esparce por los cuerpos de los participantes. Rápidamente el tono de piel de los que ahí se encuentran es disfrazado con un color rojizo oscuro.

El vino, la cerveza y la música de tambora se unen a esta fiesta de colores. Solamente el vocabulario y acento de cada persona es el que permite distinguirlas. Un joven asoleado grita ¡Cámara, wey! ¡Lánzate por las chelas! A lo lejos, otro de pronunciados músculos pronuncia un ¡Vamos, cocho! a su compañero. Tal parece que no solo la gente originaria de Cutzamala participa pues el acento, las palabras y el color rosado de sus mejillas, delatan a los citadinos del DF.


En las pequeñas jardineras que conforman el zócalo, algunas familias se dieron cita para “un día de campo”. Los manteles adornan el pasto mientras los sándwiches, vasos con refresco, y dulces son compartidos. La vestimenta de estas familias luce impecable y limpia: pequeñas niñas con vestidos esponjados y con flores, señoras con grandes sobreros y niños con bermudas y zapatos. Sin embargo, poco dura la limpieza del día de campo pues un grupo de seis jóvenes, con botellas de pintura en mano, los rodean mientras vierten sobre los niños y los padres la pintura roja. El sexteto huye corriendo y la familia sólo los ve alejarse.



A las dos treinta y cinco de la tarde, el ambiente del zócalo está cubierto por un sonido ensordecedor que mezcla el movimiento de los juegos mecánicos, la música del puesto de cd´s, los gritos del vendedor de mameyes, los disparos de los rifles del tiro al blanco, los gritos de la multitud al llenarse de pintura. Sin embargo, el sonido que sobresale entre todos es la música de tambora. Los zapateados típicos de Cutzamala se repiten una y otra vez debido a la petición del público. El quisco es partícipe al ser el escenario para seis parejas de jóvenes que bailan al ritmo del “Gusto a Cutzamala”. Las bailarinas visten un short que apenas cubre sus torneadas piernas, playeras sin mangas completamente manchadas.


La temperatura parece subir. La pintura ahora se acompaña de la cerveza y ambas escurren por los acalorados cuerpos. Parejas se abrazan, se besan…se tocan. La música de tambora sigue tocando. Muchos jóvenes se han desgarrado sus playeras entre ellos. A lo lejos alguien grita que le han aventado orines en lugar de cerveza.

Son las tres con cuatro minutos. La música pierde interés pues una mezcla de gritos acalorados corre por todo el zócalo. Se trata de “Barrabás”, quien rodeado por catorce jóvenes completamente manchados, corre apresurado dejando rastros de pintura roja a su paso. Los “Soldados romanos” lo persiguen hasta que logran apresarlo. Todo forma parte de la representación que año con año se lleva a cabo en Cutzamala.


A las cuatro con cuarenta y tres minutos, la música cesa, los juegos mecánicos paran y la multitud presente parece quedarse en pausa. El ruido huyó y se escondió en algún rincón. El silencio reina en el zócalo. Alguien grita ¡ahí viene la procesión! La mayoría de los presentes corren y se convierten en espectadores de la representación del viacrucis que recorre el exterior del zócalo. “Hoy murió Jesús”, dice una madre a su pequeño. Sólo el sonido que provoca el golpe de los pies al tocar el suelo acompaña al silencio. Diez minutos dura esta pausa. Después todo vuelve a ser como antes: música de tamboras, gritos, baile, juegos mecánicos, baile, pintura.



Así es el Viernes Santo en Cutzamala de Pinzón. Año con año, “Barrabás” llega al zócalo en el mediodía y comienza a rociar pintura a quien esté enfrente. Aunque ya no es necesario que él lo haga pues los jóvenes encabezan ahora esta tarea. Asisten con botellas llenas de pintura y comienzan a mancharse entre ellos, al principio sólo es pintura, después se añaden la cerveza y, en ocasiones, orines. La tradición de romperse las playeras comenzó también en algún momento, al igual que la música de tambora que eligieron de acompañante. Muchos citadinos del DF, Morelia, etc., son atraídos y deciden participar. Algunas señoras católicas denominan a esta tradición del pueblo como la nueva “Sodoma y Gomorra”.



Son las cinco con seis minutos. La multitud del mediodía ha comenzado a dispersarse. El zócalo huele a algodón de azúcar, pintura vegetal, cerveza y orines. En el techo del quiosco se encuentran colgados una incontable cantidad de pedazos de camisetas manchados de rojo. Ya nadie baila en el quisco. Sólo la música permanece. Cada vez son menos las personas. Nadie vierte ya pintura sobre otros. La temperatura ha comenzado a bajar. Los músicos que tocaban los alegres zapateados parecen darse cuenta de esto, uno de ellos se dirige a sus compañeros y dice: “Señores, la última y nos vamos”.